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viernes, 17 de mayo de 2013

Argentina, el ex dictador Jorge Videla deja, con su muerte, secretos eternos

En declaraciones para el periódico argentino Clarín, la titular de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, aseguró hoy que a partir de la muerte del ex dictador Jorge Rafael Videla "un ser despreciable ha dejado este mundo" y recordó que el ex jerarca de la dictadura nunca se "arrepintió" de los crímenes cometidos durante ese época.
Jorge Rafael Videla falleció este viernes a la edad de 87 años en la prisión de Marcos Paz, donde cumplía una condena a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, de muerte natural, aunque había recibido otras condenadas adicionales por sus acciones durante el ejercicio de su gobierno dictatorial.
Sin ningún tipo de dudas se ha ido uno de los hombres más controvertidos y odiados de Argentina, el ideólogo de una de las dictaduras más brutales, represivas y sangrientas vividas en Latinoamérica, que sembró el país de cadáveres y desaparecidos -bajo su régimen murieron o desaparecieron unas 30.000 personas, según cifras de organismos de derechos humanos-. Muchas de ellas, después de ser torturadas, fueron arrojadas en los denominados "vuelos de la muerte" al Río de la Plata o al Mar Argentino. Otros acabarían fusilados. Otros, y otros, y muchos otros, desgraciadamente tantos años después no se sabe que fue de ellos.
El martes pasado se había negado a declarar, ante el tribunal que lo juzgaba por el Plan Cóndor, en la última vez que abandonó el presidio donde se encontraba.
Líder de la Junta Militar que derrocó a la viuda de Juan Domingo Perón, Isabel Perón, el 24 de marzo de 1976, Videla controló el destino del país, con mano de hierro y de forma sangrienta y represiva,  hasta 1981, año en que le delegó el poder a Roberto Eduardo Viola.
Con su muerte ya no quedan sobrevivientes de la primera Junta Militar, que también integraban el comandante Orlando Agosti, fallecido en 1997, y el almirante Emilio Massera, muerto en 2010.
Juan Cabandié, diputado de la ciudad de Buenos Aires, por el Frente para la Victoria y nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo, comentó al tener conocimiento del fallecimiento, "Lamento que se haya llevado a la tumba información muy importante en relación a los nietos que faltan encontrar y a los cuerpos de nuestros papás y de sus compañeros", dijo. También se refirió a lo que el ex dictador significó en su vida personal. "A mí me quitó la posibilidad de ser abrazado por mi mamá y contenido por mi papá", remarcó.
Tras la recuperación de la democracia en 1983, Videla fue condenado en el ,emblemático, juicio a las Juntas Militares realizado en 1985. Fue destituido del grado militar y condenado a prisión perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.
Fue hallado penalmente responsable de numerosos homicidios calificados, 504 privaciones ilegales de la libertad calificada, aplicaciones de tormentos, robos agravados, falsedades ideológicas de documento público, usurpaciones, reducciones a servidumbre, extorsión, secuestros extorsivos, supresión de documento, sustracciones de menores, y tormentos seguidos de muerte. Pese a que el fallo fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en 1986, el represor sólo cumplió cinco años de prisión efectiva porque en 1990 el presidente Carlos Saúl Menem lo indultó y dictó su excarcelación.
En 1998 regresó a prisión, aunque solo por 38 días dado que se le concedió el beneficio del arresto domiciliario.
Diez años después, y con la decisión del gobierno de Néstor Kirchner de promover los juicios por delitos de lesa humanidad, perdió ese beneficio y fue trasladado a la cárcel que funciona en Campo de Mayo. En 2010 fue condenado prisión perpetua a cumplirse en una cárcel común y dos años más tarde se lo sentenció a 50 años de prisión por el robo de bebés. Durante el juicio de los bebés robados Videla comentó en una de sus declaraciones, "Aquellas parturientas usaban a sus hijos embrionarios como escudos".
También es tristemente célebre su frase, en la que evita dar explicaciones sobre los muertos durante los años donde el terrorismo de Estado dominaba Argentina, "Los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos", decía ante la televisión argentina en una conferencia de prensa en 1979.

Hace dos años, dijo haber encabezado "no una guerra sucia sino una guerra justa, que aún no ha terminado" y que "los enemigos derrotados ayer cumplieron su propósito y son los que hoy gobiernan el país", en alusión directa al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, e inclusive llegó a hacer un llamamiento a los militares de más edad, y con condición física aceptable, que se levantaran en armas contra la actual presidenta del país.
Las repercusiones en los principales medios de comunicación internacionales tampoco se han hecho esperar, ocupando la noticia de su muerte las portadas de numerosos diarios, desde el norte hasta el sur del planeta.
Infelizmente, como ha comentado Nora Cortiñas, integrante de Madres de Plaza de Mayo "Se mueren llevándose secretos de esa época trágica", y añadió "se van con los secretos más importantes de la historia".
        Fotografía capturada de la web del NYT. European Pressphoto Agency

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