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lunes, 20 de mayo de 2013

Irak, vive la ola de violencia sectaria más grave de los últimos años

La violencia sectaria en Irak parece no tener freno. Abril fue el mes más sangriento desde 2008: según estimaciones de Naciones Unidas más de 700 personas murieron por ataques durante ese mes. Y en lo que va de mayo ya han muerto más de 150 personas por atentados en diversos puntos del país.
Sólo este lunes al menos 60 personas han muerto en una ola de ataques con coches bomba contra la comunidad chií de Irak.
Los enfrentamientos entre los chiíes, que gobiernan Irak desde que Sadam Husein fue derrocado en 2003, y la minoría suní han causado más de 200 víctimas desde la semana pasada, y han aumentado los temores de que el país se suma en una guerra civil.
Algunos observadores creen que la actual situación de creciente violencia en Irak es la peor crisis que enfrenta el país desde 1921, cuando se constituyó como Estado, pero en lo que todos coinciden es que está viviendo la fase más crítica desde la caída de Saddam Hussein en 2003, sólo comparable a la violencia sectaria vivida durante los años 2006-2007.
Bagdad, la capital del país, sufrió las peores consecuencias de esta cadena de atentados, donde varios ataques han causado más de 30 muertos en barrios de mayoría chií como Kamaliya, Ilaam y Sadr City.
En uno de los incidentes más graves, al menos ocho peregrinos chiíes iraníes murieron y otros 19 resultaron heridos al estallar un coche bomba al paso del autobús en el que viajaban al norte de Bagdad, según una fuente del Ministerio iraquí del Interior. Los peregrinos regresaban a Irán después de haber visitado lugares santos en la ciudad de Samarra, donde se levanta el mausoleo del imán Ali al Hadi, uno de los cuatro santuarios más importantes para el chiísmo.
En Basra (Basora), una provincia mayoritariamente chiita, al menos nueve personas murieron y 37 quedaron heridas cuando dos coches bomba explotaron en dos vecindarios, informó la policía.
Nueve personas murieron en una de las dos explosiones con coche bomba en Basora, una ciudad mayormente chií ubicada 420 kilómetros al sudeste de Bagdad, dijeron la policía y médicos.
"Estaba de guardia cuando una explosión poderosa sacudió el suelo", dijo un responsable de policía cerca del lugar del ataque en el barrio de Hayaniya. Y añadió para la agencia Reuters, "La explosión sacudió a un grupo de trabajadores que se reunía cerca de un puesto de bocadillo". Uno de ellos según sus propias palabras "aún tenía sujeto un bocadillo en su mano que chorreaba sangre".
Otras cinco personas murieron en una segunda explosión dentro de una estación de buses en Saad Square, también en Basora, dijeron médicos y policías.
En la provincia de Al Anbar, de mayoría suní y situada al noroeste iraquí, al menos 22 policías iraquíes han muerto y otros cuatro han resultado heridos en dos enfrentamientos registrados en la noche del domingo. Entre los muertos se encuentran 12 agentes que habían sido secuestrados el sábado y que han fallecido durante una operación para liberarlos en una zona del oeste de la ciudad de Ramadi, la capital de Al Anbar.
En otros atentados, dos explosiones casi simultáneas mataron a diez personas e hirieron a 55 en dos mezquitas chiíes de la ciudad de Al Hila, capital de la provincia de Babel, al sur de Bagdad.
Ningún grupo ha reivindicado los atentados en Irak. El país alberga varios grupos terroristas suníes, incluido el Estado Islámico de Irak, una milicia ligada a Al Qaeda, que ya ha atacado a la comunidad chií en varias ocasiones.
Para muchos observadores de la actual situación en Irak el país está al borde de una guerra civil que podría llevar a la desintegración del país y que un acuerdo de partición, en estos momentos, sería la opción menos mala. Ante este panorama tan desalentador un panorama desalentador, el país se dividiría a causa de tensiones en torno a líneas sectarias y étnicas que separan a sus tres principales comunidades: la mayoría chiíta (60%), los suníes (marginados desde la caída de Saddam) y los kurdos. Éstos, que mantienen sus propias diferencias con el primer ministro al Maliki, retiraron a sus ministros y parlamentarios de Bagdad el pasado mes de marzo.
A raíz del incidente de Hawija, sus fuerzas militares también expandieron el control sobre la disputada provincia de Kirkuk, rica en petróleo.
Así que no es difícil imaginar que Irak se divida, a medida que suníes y chiítas se hunden más y más en una guerra sectaria, mientras los kurdos se consolidan en el norte.
Los principales actos de violencia se han generado a partir del 23 de Abril, tras un incidente en la ciudad de Hawija, en la provincia de Kirkuk. Ese día fuerzas de seguridad leales al primer ministro Nouri al Maliki mataron a 23 participantes de una manifestación de suníes.
El primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, anunció este lunes un cambio inminente en su política de seguridad, tras la ola de atentados que han dejado 72 muertos desde el domingo por la noche.
"Estamos a punto de reemplazar a cientos de personas encargadas de la seguridad, de nivel alto e intermedio, y de cambiar de estrategia de seguridad", recalcó Maliki en conferencia de prensa organizada en un antiguo palacio de Sadam Husein. Maliki anunció que se tomarían "decisiones" en este sentido el martes en el Consejo de Ministros.
El primer ministro, de confesión chiita y muy criticado por la minoría sunita, la cual se siente estigmatizada, y por algunos socios de su coalición, quiso dar la imagen de un gobierno unido. Flanqueado por pesos pesados de su gobierno, incluidos los ministros de Defensa y de Justicia y sus dos viceprimeros ministros, Maliki aseguró "al pueblo iraquí que (los insurgentes) no podrán volver a hundirnos en el conflicto confesional" que ya vivió el país durante los años 2006-2007.
En las mismas declaraciones, al Maliki, ha advertido sobre el peligro de una guerra civil, asegurando que "la lucha sectaria" va a volver a Irak desde Siria, en una clara referencia al apoyo que, al parecer, insurgentes y disidentes estarían recibiendo de los poderes regionales suníes.
Según comentaba un analista de la BBC, "Desde el comienzo ha habido una interacción real entre las áreas suníes del oeste de Irak y la revuelta suní del lado Sirio; no es algo sorprendente, teniendo en cuenta los lazos tribales y familiares, además de las actividades que militantes suníes vinculados con al Qaeda realizan de un lado y del otro de la frontera.
Mientras los suníes han apoyado por lo general a los rebeldes sirios, el gobierno mayoritariamente chiíta de al Maliki -tal vez influido por Irán- ha tendido a apoyar a presidente Bashar al Asad, a pesar de haber tenido diferencias en el pasado".
Coche bomba en Irak
Fotografía de uno de los atentados producidos durante el día de hoy.

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