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martes, 25 de junio de 2013

Bolivia, Niñas violadas en las cárceles del país

En las últimas semanas se registraron denuncias de violaciones a menores de edad dentro de diversos recintos carcelarios en Bolivia., Uno en la cárcel de Palmasola de la ciudad de Santa Cruz y otro en el penal de San Pedro de La Paz, según denunciaba ayer el periódico, de Bolivia, El Deber, en su versión digital.
Aunque según informa la prensa local, desde la Defensoría del Pueblo se habla que existen cinco denuncias más presentadas a esa Insititución sobre violaciones a niñas que viven con sus padres en la cárcel San Pedro, que está en la zona central de La Paz y que es visitada a diario por turistas extranjeros, así como también se informaron de otros cinco casos de violación sexual en la cárcel pública de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, este de Bolivia.
El caso que ha levantado a nivel nacional este tema es el de una niña de 12 años embarazada después de haber sido violada durante años por su padre, su tío y su padrino en una cárcel de La Paz, el cual encendió una ola de repudio, por la permisividad con que niños conviven con peligrosos criminales en las prisiones de Bolivia.
Según estimaciones oficiales, unos 1.500 niños y adolescentes viven en las cárceles bolivianas con sus padres mientras éstos cumplen sus condenas, lo que propicia estos crímenes y situaciones de promiscuidad con menores.
"La menor está embarazada de dos meses", confirmó el director de Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos, quien reveló que la niña, que vivía en la cárcel junto a sus familiares, era violada desde hacía años.
Llanos informó que la pequeña relató a las autoridades que los violadores eran "su padre, su tío y su padrino, desde que tenía ocho años", dijo el funcionario a medios locales. Para añadir que todos ellos estaban presos por asesinato.
En declaraciones recogidas por Página Siete, la menor denunciaba que su hermana mayor, que ahora vive con su madre en la localidad de Oruro, tambiém sufrió abusos sexuales hasta que la misma se la llevó de la cárcel, hace cinco años.
El director de Régimen Penitenciario, que pasó parte de su niñez en una cárcel junto a su padre, preso político de las dictaduras militares de los años 60 en Bolivia, reclamó a los policías "que dejen de ser tan corruptos y no permitan más la entrada de los niños a la cárcel", según declaró al diario Página Siete.
La cárcel de San Pedro de La Paz, donde conviven con sus progenitores unos 500 niños, es célebre porque hasta hace años personas ajenas ingresaban a comprar cocaína, en complicidad con policías.
Los menores no tienen ninguna protección y comparten el espacio con ladrones, asesinos, violadores, pandilleros y narcotraficantes. Son testigos del consumo de alcohol y drogas y también de la violencia que reina en esos lugares.
En la cárcel de San Pedro de La Paz, el sector denominada La Posta es conocido por el confort en el que viven los detenidos. Allí se encuentra recluido por ejemplo el ex presidente de YPFB, Santos Ramírez, y el ex comandante de la Policía Nacional, Walter Osinaga, los cuales disponen de dos celdas cada uno de ellos, dispuestas como un duplex, además de todas las comodidades de cualquier vivienda. Los días domingos este sector de la cárcel se convierte en una verdadera feria. Variados platos de comida criolla e internacional son ingresados por los familiares de los reclusos. Durante los días soleados es común que los detenidos ocupen mesas y sombrillas para compartir con las visitas. Lo mínimo requerido para acondicionar una celda con alguna comodidad en el sector denominado La Posta es de US$ 2.000.
Mientras en otros sectores, donde los presos no tienen ninguna capacidad económica, pueden vivir entre 6 y 8 presos compartiendo una pequeña celda.
"Viven en medio de una presión psicológica continua y la carga de agresividad que se respira no es para niños. Es un trauma vivir en un lugar así", dijo a la AFP Stefano Toricini, voluntario de una ONG italiana que desde hace una década brinda en San Pedro apoyo psicopedagógico a los menores.
"El problema no es que los niños ingresen en las cárceles, el problema es que no hay políticas estatales de protección para los niños", terció Yolanda Herrera, presidente de la Asamblea de los Derechos Humanos (APDHB).
El comandante de la Policía, general Alberto Aracena, declaró: "Como humano, no concibo que los niños vivan en las cárceles, porque veo que enteramente están expuestos a todo peligro y riesgo".
Las cárceles de Bolivia, las segundas más hacinadas del continente después de El Salvador, tienen una capacidad para albergar a un máximo de 3.738 presos, pero congregan a 13.840, según un informe de seguridad ciudadana de la OEA.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Bolivia (ACNUDH), Denis Racicot, informó ayer que Bolivia es el único país que permite que los niños hijos de presos vivan al interior de los penales, poniendo en riego su seguridad y vulnerando sus derechos.Según el representante del organismo internacional, organizaciones como Unicef, ONU Mujer y el PNUD ya se pronunciaron al respecto, señalando el perjuicio que esto significa para la niñez.
"No deberíamos tener niños en las cárceles, no es el medio idóneo y eso tiene que ser una reflexión para toda la sociedad y las instituciones bolivianas para que se efectúe la protección de los derechos del niño", dijo para la prensa boliviana Denis Racicot, según publica el diario local El Día.
La situación de los niños en el centro San Pedro, de la capital, La Paz, se ve agravada por una epidemia de meningitis, que ya ha causado varias muertes desde inicios de este mes.
Desde la justicia boliviana, el presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Gonzalo Hurtado, reportó que más del 85% de los presos en Bolivia no posee sentencia ejecutoriada, por lo que no está de acuerdo con que los niños vivan al interior de esos recintos privados de su libertad. "Las cárceles no son para menores, son para personas que cometieron hechos delictivos", afirmó.
Ya en 1998 estadísticas de la Dirección General de Régimen Penitenciario revelaban que un total de 2.143 niños habitaban en los 17 penales de Bolivia.
Dándose la curiosa, e insólita, circunstancia de que en el penal de Palmasola de la oriental ciudad de Santa Cruz, la más próspera del país, los niños eran más que los adultos: unos 1.200 niños vivían junto a sus padres, que sumaban poco más de 500.
Tampoco éstos son los primeros casos de violaciones a niños, así por ejemplo el 3 de enero de 1998, una niña de seis años, que vivía con su padre interno en el penal de San Pedro, en La Paz, fue violada y asesinada por un recluso de 40 años.
Foto capturada de la web del periódico Opinión.

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