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lunes, 30 de septiembre de 2013

Brasil, Denuncias de trabajo esclavo en las obras para la Copa del Mundo de 2014

Tres operaciones de fiscalización coordinadas por el Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) y por el Ministerio Público de Trabajo (MPT) permitieron rescatar a 111 trabajadores en condiciones análogas a la esclavitud en las obras de ampliación del Aeropuerto Internacional de Guarulhos en São Paulo (Brasil).
Tras las denuncias aparecidas sobre la utilización de mano de obra esclava en Qatar, un nuevo caso de trabajo esclavo relacionado con obras de estadios o infraestructuras para una Copa del Mundo llega a los medios de comunicación, en este caso el país es Brasil.
Las operaciones fueron realizadas entre el 6 y el 21 del mes actual y lo que encontraron es una realidad que viven millones de trabajadores en diferentes países y sectores productivos, siendo el textil uno en los que estas situaciones de esclavitud tienen mayor protagonismo.
Tras un mes de junio, durante el período de la Copa Confederaciones, altamente conturbado, por las manifestaciones que tomaron las calles de Brasil contra los gastos que los próximos eventos que tendrán como sede el país representarán para éste, en contraposición con las deficiencias en áreas tan significativas como la sanidad, el transporte o la educación, un nuevo problema se suma a la ya extensa lista que la organización del Mundial de Fútbol 2014 le trajo a Brasil: el trabajo esclavo en obras relacionadas con ese evento deportivo.
En inspección oficial sobre la ampliación del Aeropuerto Internacional de Guarulhos se encontró que las condiciones en las que vivían 111 trabajadores de ese proyecto eran totalmente insalubres.
Los fiscales cerraron once alojamientos en los que los obreros dormían en el suelo, no tenían dinero para comer y estaban sin ropa suficiente para soportar el invierno paulista. Entre los obreros rescatados había seis indios de la etnia Pankararu, del estado de Pernambuco.
Trabajadores hacen cola en obras de GuarulhosLos obreros eran reclutados de estados del Nordeste brasileño, principalmente Pernambuco, pero también del Piauí, Bahia y Maranhão, con la promesa de que recibirían un salario de R$1,4 mil por mes, equivalente a unos 625 dólares. Para realizar el viaje hasta la ciudad de São Paulo, los hombres gastaban entre R$300 y R$500, la gran mayoría endeudándose para conseguir el pasaje.
Según la denuncia, los obreros fueron transportados en autobuses clandestinos por la constructora OAS, desde regiones pobres del país a la capital del estado de São Paulo.
Una vez en la gran ciudad, descubrían que tenían que aguardar una oportunidad laboral alojados en condiciones "análogas a las de esclavos".
"En una obra que tiene un coste de millones de dólares, hay trabajadores muriendo de hambre, de sed y enfermos, durmiendo en el suelo", dijo Edmilson Girão da Silva, presidente del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción de Guarulhos, que denunció la situación a las autoridades. "Ni un perro duerme en el lugar que estaban durmiendo", agregó durante una entrevista con BBC Mundo frente a la obra de la terminal aérea.
La noticia ha generado inquietud en Brasil, donde esta situación ha hecho evidente la falta de medidas del gobierno para evitar este tipo de situaciones en relación a las condiciones laborales de obras vinculadas al Mundial del año que viene, muchas de las cuales corren contrarreloj para acabar antes del evento.
"Si aquí la principal empresa (constructora) de Brasil, que es la OAS, deja que ocurra esto, ¿qué será de las otras obras?", preguntó Girão da Silva.
Una gigantesca constructora con diversos proyectos en marcha en Brasil y el exterior, OAS, está a cargo de las obras de ampliación del aeropuerto de Guarulhos que emplean a miles de personas, pero negó que supiera de las irregularidades.
"La OAS destaca que no mantiene personas alojadas en la obra y no utiliza intermediarios en la contratación de sus colaboradores", señaló la empresa en un comunicado.
Sin embargo, quienes reclutaban a los trabajadores en el noreste decían actuar en nombre de la firma, que despidió a los empleados que aparecían comprometidos en la denuncia.
El Ministerio Público de Trabajo podría multar a la OAS por un total equivalente a unos US$63.000 por 25 infracciones laborales.
Los 111 trabajadores fueron indemnizados, con la irrisoria cifra de 2.000 euros cada uno, y regresaron a sus lugares de origen.
En uno de los tres alojamientos fiscalizados, 38 hombres se esprimían en una casa con cuatro cuartos y dos baños. Debido a la falta de espacio, para todos, muchos se veían obligados a dormir en la cocina e inclusive debajo de la escalera que unía las dos plantas de la vivienda. Cuando un segundo grupo llegó el primer día de septiembre, varios miembros tuvieron que pasar días durmiendo en redes en la terraza de la vivienda, en pleno invierno paulista, dada la falta de espacio en el interior de la misma.
La obra del Aeropuerto Internacional de Guarulhos recibió un préstamo del BNDES, banco ligado a la estructura del gobierno de Brasil, de 1.200 millones de reales, algo más de 530 millones de dólares.
Mauricio Santoro, asesor de Amnistía Internacional en Brasil, expresó inquietud porque la prisa para terminar a tiempo las obras del Mundial "pueda llevar a las autoridades federales a dejar de lado (...) la necesidad de una fiscalización adecuada de las condiciones de trabajo". Santoro descartó que la denuncia de Guarulhos sea un caso aislado en este país. "Hemos visto una gran cantidad de casos de trabajo esclavo, de condiciones terribles de trabajo, ocurriendo prácticamente en todas las grandes obras y grandes proyectos económicos de Brasil, inclusive en aquellos financiados con dinero público", dijo a BBC Mundo.
Esta misma semana, una investigación del diario The Guardian concluyó que inmigrantes de Nepal trabajaban en obras para el Mundial de 2022 en Qatar en condiciones equivalentes a "esclavitud moderna".
Pero Santoro indicó que "Qatar es un régimen autoritario; es muy diferente lidiar con eso en un país democrático como Brasil, donde se espera que se cumpla lo que está previsto en la ley".
Girão da Silva comentó que la próxima semana viajará a Brasilia para analizar la situación con autoridades del Ministerio de Trabajo, que participó en la inspección en Guarulhos.
Las denuncias del aeropuerto demuestran hasta qué punto la Copa del Mundo 2014 se ha vuelto un reto enorme para Brasil, contradiciendo muchas expectativas.
Hace un tiempo se habían anunciado en el país programas para emplear a ex víctimas de trabajo esclavo en obras de un estadio mundialista. Hoy parece ocurrir lo contrario en uno de los grandes proyectos de infraestructura que Brasil tiene para albergar el torneo.
Sin embargo, ésta no es la única denuncia aparecida durante este año. En el mes de marzo varios trabajadores bolivianos fueron encontrados trabajando en condiciones análagas a las de esclavitud en talleres textiles en la ciudad de São Paulo, para marcas internacionales. En ese caso las personas no tenían derecho a descanso semanal ni vacaciones y trabajaban durante jornadas que iban desde las 16 a las 18 horas. En el caso de estas empresas cada trabajador recibió una indemnización cercana a los 10.000 euros.
El pasado mes de junio, en Suiza, se inició una campaña mundial para denunciar la continuidad del trabajo esclavo de niños y adultos en numerosas zonas de Brasil, con la participación de la Comisión Pastoral de la Tierra, presentando evidencias de trabajo en condiciones inhumanas en haciendas, compañías mineras y fábricas clandestinas.
Estadio Castelao. Fortaleza
Estadio Castelão en Fortaleza, será uno de los que albergará partidos del Mundial de 2014.

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